Veracruz es uno de los municipios
con más encanto de México y, entre otras cosas, tiene el puerto marítimo
comercial más importante del país gracias a que está a 400 kilómetros de
distancia de la Ciudad de México. Aunque no todos saben que la historia de
Veracruz recoge que, antes de ser mexicana, fue española. Hernán Cortés la
fundó y fue, además, la ciudad-origen por la que los españoles desembarcaron
para emprender la conquista de Tenochtitlan.
No obstante, más allá de los
relatos que recogen los libros de historia poco más se sabe de esta ciudad.
Poco sobre las costumbres y tradiciones de Veracruz. Nada hasta hoy.
Y es que si algo prima en
Veracruz es el buen trato por parte de sus habitantes conocidos como
‘jarochos’. Aunque no es lo único. La música tradicional comparte orígenes e
historia con la de otros países, y sólo los conocedores de los acordes de este
tipo de música saben distinguir entre la salsa cubana y la salsa veracrucense.
Otros sonidos menos conocidos pero que también representan la música de esta
ciudad son el danzón, el son, la marimba y la internacional Bamba.
Otra de las cosas que se
distingue dentro de las tradiciones de Veracruz son las manualidades. Muchos de
sus ciudadanos se dedican a estas labores cuya maestría sólo es apreciada
viendo cualquiera de los objetos que hay en las miles de tiendas dedicadas a
este tipo de decoración.
Priman, por encima de cualquier
otra, la madera como elemento fundamental en la multitud de ‘figuritas’,
dedicadas especialmente a santos, que estos artesanos veracruzanos tallan y
pintan a mano. Unas figuras que, a menudo, encuentran su simil tallado en la
corteza del coco. Pero también, las conchas y los caracoles de mar entre las
que destacan los barcos, máscaras, veleros, collares, alhajas, pulseras y
aretes.
Aunque si rebuscamos entre lo
típico tipiquísimo de Veracruz, esas son sin duda ‘las alcancías’ que
mundialmente reciben el nombre de ‘huchas’. Destacan las tradicionales con
forma de ‘cerdito’ decorados con un arcoiris de colores que las hacen resaltar
allá por donde van.
Las costumbres y tradiciones de
Veracruz las dicta la religión. Y es que los habitantes de esta región son
profundamente religiosos. Agarrados a la fe del catolicismo no son pocas las
fiestas que encontramos relacionadas con celebraciones religiosas. Unos ritos
que se toman muy en serio.
Y es que hasta una fiesta tan
dispar como lo es su Carnaval, conocido como ‘el carnaval más alegre del mundo’
contiene componentes religiosos. De hecho, es la festividad más importante de
Veracruz y, casi, del país, ya que se celebra días antes de la Semana Santa.
El Carnaval de Veracruz se
compone de nueve días llenos de luz, color y ritmo. A sólo nueve del ceremonial
‘miércoles de ceniza’ al que tantos fieles como número de bailarines tiene el
carnaval, asisten. Pero antes, hay que desfogarse y los veracrucenses se suman
a los desfiles y proclaman a sus reinas y princesas -adultas y niñas- del
carnaval.
Son
nueve días y no se desaprovecha ninguno. En el primero, se realiza la simbólica
quema del denominado ‘Mal Humor’, para que sólo la alegría y la diversión esté
presentes en el carnaval. Sólo en este momento la ciudad se proclama como la
más alegre del mundo y salen a relucir antifaces,
gorritos, serpentinas y confeti a lo largo de sus principales calles a ritmo de
los tradicionales danzones antillanos o el taconeo sobre la tarima de los
típicos sones y huapangos.
Después, se procede a la
coronación de la reina del carnaval quién después, hará su recorrido triunfal
junto con su corte real y séquito. Ésta, a su vez, se encargará de coronar al
‘rey de la alegría’ quien, por lo general, es un personaje popular de la ciudad
que fue elegido desde días atrás. El primer gran desfile tiene una duración de
unas seis horas. Una fiesta que se alargará hasta llegar al noveno día, cuando
realiza el entierro de Juan Carnaval.
Esta es, sin duda, su mayor
festividad pero hay otras como el ‘día de la Santa Cruz’, popularmente conocida
como ‘el día del albañil’ y que se realiza en diez municipios del estado, el
‘día de la virgen de Guadalupe’ celebrada cada 12 de diciembre y en la que se
rememora la aparición de esta santa en el cerro del Tepeyac, ‘la Candelaria’
donde la virgen es paseada en el río y además se realiza la presentación del
Niño en el Templo; o el ‘día del niño perdido’ que se celebra en Tuxpan el 7
diciembre y que consiste en encender velas por la noche y ponerlas en las
puertas de las casas.
Las calles se convierten en
hileras iluminadas, que parten desde el centro de la ciudad y se extiende a las
calles más periféricas, casi como si se intentara iluminar al mundo. Una noche
llena de paz y de tranquilidad en la
cual los niños se pasean con un farol de cartón y papel celofán de colores.
Lopez Alvarez Hector Miguel
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